El decaimiento industrial de la localidad hay que buscarlo en la falta de inversión en investigación e innovación para adaptarse a las nuevas materias primas para la confección de prendas de vestir; a la falta de empresas transformadores que fabriquen la prenda concreta; la no adaptación de la producción a los gustos o modas del momento; producción concentrada casi exclusivamente en telas para uniformes; la carencia de especialización en la producción; la huida o distracción de capitales en otros menesteres ajenos al sector; también, como no, a la competencia de productos procedentes de otras partes del mundo, si bien, antes de que estos llegarán al mercado español, la industria bejarana estaba tocada de muerte.