La Plaza de España hoy día es el verdadero centro vital de la localidad. El centro de la misma ha estado ocupado por diferentes soluciones urbanísticas, cada una fruto de su tiempo, una fuente circular que sustituyó por la actual de módulos cúbicos sobre la que durante muchos años estuvo colocada una escultura en hierro del más célebre protagonista de la leyendas locales, el Hombre de Musgo, sustituido en la actualidad por las reproducciones en bronce de dos obras de Mateo Hernández, la Otaria y la Bañista.