Que pena de esas personas mayores que no nos dejaban ni asomar, para que no le pisaramos nada de esos huertos.Un recuerdo.AVILA. Pues es verdad, parecía una feria, de la gente que había. Como me gustaba correr la bicicleta por estos caminos las tardes de verano cuando estaban los huertos llenos de gente regando sus lechugas.