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BOADA: 100 AñOS DE UNA HISTORIA QUE PUDO CAMBIAR UN PUEBLO...

100 AñOS DE UNA HISTORIA QUE PUDO CAMBIAR UN PUEBLO

Ahora que acostumbramos a celebrar los centenarios de casi todo, quisiera como hijo de aquel pueblo resaltar un suceso que ocurrió hace exactamente 100 años, y que acaso no sea bien conocido por los descendientes de los protagonistas.

Corría el año 1905 cuando siendo corresponsal en Londres Ramiro de Meztu, descubre en un ejemplar de la prensa Argentina, la noticia de que el pueblo de Boada, en Salamanca, España, tiene decidido emigrar íntegramente, con sus autoridades locales a la cabeza, a la República de Argentina.

Esta noticia la envía a su periódico, y rápidamente se hacen eco de ella el ABC, El Adelanto y otros.
Esto crea una gran conmoción, y llega al Gobierno de turno, quien en sesiones extraordinarias de las Cortes se ve obligado a intervenir. Envía emisarios como Don Miguel de Unamuno, el Gobernador Civil de Salamanca, Diputados de las Cortes, periodistas… en fin, toda una peregrinación de gentes con más o menos buenas intenciones, que se interesan por los motivos que han llevado a aquellas pobres gentes a tomar tan drástica decisión.

El motivo de esto, no era otro que un Gobierno totalmente endeudado, decide vender los terrenos comunales del pueblo y no solo se queda con el 20 % que le correspondería por Ley, sino que el resto tampoco lo reintegra al pueblo, y este se queda sin tierras en las que poder trabajar para malvivir pues hasta los huertos le han vendido.

Como consecuencia del revuelo levantado, el Gobierno obligado por las circunstancias, decide anular la venta de aquellos terrenos y reintegrarlos al pueblo, que aunque sea con mucho trabajo y sudor al menos puede seguir comiendo. Aunque esto no fue óbice, para que en años sucesivos el pueblo no sufriera los rigores de una gran emigración que le dejaban constantemente sin los mejores brazos para su desarrollo.
Hoy aunque únicamente cuenta con unos TRESCIENTOS CINCUENTA, pero se mantiene en pie con gran orgullo y vitalidad, retornando sus hijos dispersos especialmente por su fiestas patronales en los meses de Junio y Agosto.

Pedro Díaz Díez.