Echo de menos las imágenes que había en el
altar y que con la mdernidad han desaparecido: Mª Auxiliadora,
San José, El Sagrado Corazón y, sobre todo, aquel Niño Jesús que siempre tenía una naranja en la mano y que estaba al lado de donde nos poníamos los muchachos con Don Antonio. También echo de menos a de. Benedicto y a Olegario con sus característicos latinajos cantados en las misas de difuntos.