Por este portalillo han debido de pasar todas las generaciones de
juventud del
pueblo, a jugar a las cartas, a fumar, a comernos la
fruta que robabamos de los
huertos, a contar las batallitas de la
noche cuando volviamos de
fiesta, a intentar coger murcielagos a darno algun beso que otro... Que nostalgia! mi generación es la más distendida de todas y me da mucha pena porque cuando veo estas
fotos me acuerdo de tantas cosas.