MI PUEBLO
Salamanca cuidadas llama, provincia montañosa de viejos robles, altos Pinos, robustas y retorcidas encinas,.
Ciudad Romanica de primicia, hermosa de calles alegres y románticas con nobles monumentos históricos.
Tus regiones de adorable paisaje frenético que dan dote y renombre a la ciudad del UNIVERSO.
Al sur de la provincia helmantica, junto a la sierra de Bejar y Tonda, y pantano sobre el río Tormes de aguas dulces y cristalinas se encuentra mi ansiado pueblo.
Mi pueblo es pequeño, pero de gran corazón, de casas de paredes anchas y pizarra dura más que la tierra y algunas tristes de
adobes de paja y tierra que amasaron hace años los hombres que aún persisten en señal de duelo.
Por nombre CABEZUELA DE SALVATIERRA, tal vez su nombre gentil le venga de cabezo.
Porque en la cresta del cabezo estaba la primera Iglesia, que con sus campañas de bronce tocaban a misa y a fuego.
Pero hoy es tierra Santa donde descansan los muertos.
En el valle de abajo junto a la fuente que les ofrecía su agua crecieron las casas de planta baja, con sus establos de rústica madera, con canales de tronco de encina comían sus ganados.
Construyeron las calles estrechas de piedra, rollos y barro, donde después de la escuela los niños correteaban jugando con imaginarios juguetes que ellos mismo se fabribicaban.
Como todo crecía los habitantes familias formaron,
Corrieron caminos con sus ligeros caballos y sus toscos asnos a los pueblos cercanos,
Para poder encontrar entre ellos el amor y así construir este pueblo que tanto amaron. Hombres y mujeres de labranza, de piel seca, quemada y arrugada.
Hombre de capa y blusa negra, de boina, visera y sombrero, mujer de salla negra y pañuelo sobre su cabeza.
Sobre borrón a una guerra y posguerra de miseria y de pobreza.
Solamente para que a todos nosotros la vida nos dieran.
Vivieron de la labranza, con sus granos de trigo, algarrobas, cebada, avena, y centeno.
Para tan esmerado trabajo que les daba de comer, un rústico arado de madera y aperos de herramientas, y los motores para tan espléndido atalurgico romano los motores de la marcha las vacas, bueyes que de ello tiraban.
Así sus pies cansados con las Albarcas de lona y en sus manos las manijas para con sus hoces de pica y corte segar la paja.
Mientras ellos cuidaban con afán sus tierras, nosotros los chiquillos a robarles íbamos a coger alguna bellota, guindas, cerezas, ciruelas, peras, sandías, melones, que cultivaban y cuidaban con mucho esmero.
También todos juntos el 25 de Abril misa y procesión se reunían para sacar a su PATRÓN SAN MARCOS, y darles las gracias con ilusión.
Como eran hombres de campo el 15 Mayo a bendecir los campos y pedirle a San Isidro buen mes de mayo y abril, para sus praderas y para sus tierras un bondadoso verano.
Cuadrilla de segadores abajo y arriba los surcos segaban la mies. con guadañas la hierba.
Con sus juntas de bueyes y vacas tirando de los carros Bastos de hierro y madera s la era y a los pajares lo llevaban.
Hombres sencillos, con valores de humanos se ayudaban, siendo pobres con pantalón de pana, cansados con su frente sudada con pañuelos se secaban para llegar quemados por el sol y la tierra a su mirada.
Sin enfado y contentos de tanto trabajo sus cánticos en las cuadrillas nunca faltaban, cuando el sol se acostaba.
Pero siempre en sus ojos y en sus labios la sonrisa por callada.
Hay de mi pueblo, que ya no ere como eras.
Los años han pasado, tus hijos y fundadores han marchado pero nos han dejado las huellas de su ESENCIA.
La ilusión de seguir viviendo la vida, como si nada pasara.
Hoy siento el eco de sus voces, los pasos cortos y los golpes de sus calladas y bastones así como su caminar y sus andares tranquilos y serenos que me llenan el alma
También me queda el balido de las ovejas, el bramar de las vacas, el relinchar de los caballos, el ladrido del perro querido, y como no el sonar de las campañas de la iglesia.
Ahora a todos nosotros tan solo nos queda el gran silencio, y pienso donde estoy yo! Si no veo a nadie!,
Solo en mi interior y en mi corazón como ser humano me queda el dulce recuerdo de aquellas gentes,
Que en las alegrías se juntaban y a las penas las lloraban.
Tantas y tantas cosas pasan por mi mente, que puedo decir dónde se fue tanta gente?
Se marcharon todos juntos y cuesta arriba al CABEZO, donde descansan en paz, llevándose con ellos lo que dejaron con su muerte.
CARLOS RODRÍGUEZ AL PUEBLO QUE LO VIO NACER.
Salamanca cuidadas llama, provincia montañosa de viejos robles, altos Pinos, robustas y retorcidas encinas,.
Ciudad Romanica de primicia, hermosa de calles alegres y románticas con nobles monumentos históricos.
Tus regiones de adorable paisaje frenético que dan dote y renombre a la ciudad del UNIVERSO.
Al sur de la provincia helmantica, junto a la sierra de Bejar y Tonda, y pantano sobre el río Tormes de aguas dulces y cristalinas se encuentra mi ansiado pueblo.
Mi pueblo es pequeño, pero de gran corazón, de casas de paredes anchas y pizarra dura más que la tierra y algunas tristes de
adobes de paja y tierra que amasaron hace años los hombres que aún persisten en señal de duelo.
Por nombre CABEZUELA DE SALVATIERRA, tal vez su nombre gentil le venga de cabezo.
Porque en la cresta del cabezo estaba la primera Iglesia, que con sus campañas de bronce tocaban a misa y a fuego.
Pero hoy es tierra Santa donde descansan los muertos.
En el valle de abajo junto a la fuente que les ofrecía su agua crecieron las casas de planta baja, con sus establos de rústica madera, con canales de tronco de encina comían sus ganados.
Construyeron las calles estrechas de piedra, rollos y barro, donde después de la escuela los niños correteaban jugando con imaginarios juguetes que ellos mismo se fabribicaban.
Como todo crecía los habitantes familias formaron,
Corrieron caminos con sus ligeros caballos y sus toscos asnos a los pueblos cercanos,
Para poder encontrar entre ellos el amor y así construir este pueblo que tanto amaron. Hombres y mujeres de labranza, de piel seca, quemada y arrugada.
Hombre de capa y blusa negra, de boina, visera y sombrero, mujer de salla negra y pañuelo sobre su cabeza.
Sobre borrón a una guerra y posguerra de miseria y de pobreza.
Solamente para que a todos nosotros la vida nos dieran.
Vivieron de la labranza, con sus granos de trigo, algarrobas, cebada, avena, y centeno.
Para tan esmerado trabajo que les daba de comer, un rústico arado de madera y aperos de herramientas, y los motores para tan espléndido atalurgico romano los motores de la marcha las vacas, bueyes que de ello tiraban.
Así sus pies cansados con las Albarcas de lona y en sus manos las manijas para con sus hoces de pica y corte segar la paja.
Mientras ellos cuidaban con afán sus tierras, nosotros los chiquillos a robarles íbamos a coger alguna bellota, guindas, cerezas, ciruelas, peras, sandías, melones, que cultivaban y cuidaban con mucho esmero.
También todos juntos el 25 de Abril misa y procesión se reunían para sacar a su PATRÓN SAN MARCOS, y darles las gracias con ilusión.
Como eran hombres de campo el 15 Mayo a bendecir los campos y pedirle a San Isidro buen mes de mayo y abril, para sus praderas y para sus tierras un bondadoso verano.
Cuadrilla de segadores abajo y arriba los surcos segaban la mies. con guadañas la hierba.
Con sus juntas de bueyes y vacas tirando de los carros Bastos de hierro y madera s la era y a los pajares lo llevaban.
Hombres sencillos, con valores de humanos se ayudaban, siendo pobres con pantalón de pana, cansados con su frente sudada con pañuelos se secaban para llegar quemados por el sol y la tierra a su mirada.
Sin enfado y contentos de tanto trabajo sus cánticos en las cuadrillas nunca faltaban, cuando el sol se acostaba.
Pero siempre en sus ojos y en sus labios la sonrisa por callada.
Hay de mi pueblo, que ya no ere como eras.
Los años han pasado, tus hijos y fundadores han marchado pero nos han dejado las huellas de su ESENCIA.
La ilusión de seguir viviendo la vida, como si nada pasara.
Hoy siento el eco de sus voces, los pasos cortos y los golpes de sus calladas y bastones así como su caminar y sus andares tranquilos y serenos que me llenan el alma
También me queda el balido de las ovejas, el bramar de las vacas, el relinchar de los caballos, el ladrido del perro querido, y como no el sonar de las campañas de la iglesia.
Ahora a todos nosotros tan solo nos queda el gran silencio, y pienso donde estoy yo! Si no veo a nadie!,
Solo en mi interior y en mi corazón como ser humano me queda el dulce recuerdo de aquellas gentes,
Que en las alegrías se juntaban y a las penas las lloraban.
Tantas y tantas cosas pasan por mi mente, que puedo decir dónde se fue tanta gente?
Se marcharon todos juntos y cuesta arriba al CABEZO, donde descansan en paz, llevándose con ellos lo que dejaron con su muerte.
CARLOS RODRÍGUEZ AL PUEBLO QUE LO VIO NACER.
Que este mensaje nos traiga a todos los que por motivos personales dejamos nuestras raíces que aún siguen clavadas en nuestros corazones. Muchos nos es tendimos por España, otros al extranjeros Argentina, Cuba, Alemania, Venezuela, Francia, entre otros
Pero nuestros sentimientos perduran pensando en el sitio que nos vio nacer porque al sitio que iremos jamás lo podremos saber. SER TODOS FELICES RECORDANDO NUESTRO RINCÓN Y ASÍ TODOS COMPARTIREMOS DE ESA FELICIDAD!
Pero nuestros sentimientos perduran pensando en el sitio que nos vio nacer porque al sitio que iremos jamás lo podremos saber. SER TODOS FELICES RECORDANDO NUESTRO RINCÓN Y ASÍ TODOS COMPARTIREMOS DE ESA FELICIDAD!