LOS CAZADORES FURTIDOS AÑOS 1955/1970 EN CABEZUELA DE SALVATIERRA:
Os voy a contar un poquito de la fauna y la flora de nuestro termino.
Es estos años predominaba la labranza con siembra de algarrobas, trigo, (candeal, modorro, alvariño), centeno, cebada, y avena.
UN 50% sembrado un año el otro cincuenta por ciento de barbecho.
Existían praderas y contra las paredes de las verdes praderas en primavera, se criaban las zarzas que nos daban la verdadera Mora, que vividas con calor si te las comía siempre te cogia un dolor de barriga para que te quiero contar pero si las dejas enfriar untabas un trozo de pan con la nata de la leche casera y sobre esta unas moras y poquito de azúcar que gratitud de bocadillo que nos saciaba el habré, y por las calles correteando no nos lo comíamos con gran apetito y satisfacion, aquello nos era un manjar por todos los costados. HABIA BASTANTE BROZA POR EL TÉRMINO, encinas, carrascales etc.
Esta flora era ideal páral la crianza de perdiz roja, liebres, conejos, y diferentes animales. y aves como los pardales, coruchas, escribanías, rivalbas, codornices, tordos, picarlzas, abubillos, (cucos) lechuza búho etc.
Los chavales y no chavales a demás de la prohibición de la GUARDIA VIVIL, nos dedicábamos muchos ratos a la caza furtiva de. Estos animales.
Para ello se colocaban lazos en los albañales que eran de paso de ellos.
HABÍA QUE TENER MUCHA HABILIDAD Y ASTUCIA, para el conejo y la liebre era un lazo mayor para la perdiz más pequeño a estas también se le colocaba a la entrada de los nidos.
Los lazos los hacíamos con las clones de caballo por qué era los que más se deslizaban sobre las astutas liebres y conejos.
Se ponían de tarde y luego de noche o de madrugada se iva con el mayor despiste para que nadie supiera tu hazaña. Era secreto de no comunicarlo a nadie primero por la prohibición tajante de la GUARDIA CIVIL, y la otra por qué un avispado. vecino te levantará la pieza.
Así era un sistema luego evolucionó la astucia del cazador furtivo y se inventó la red para el conejo en la madriguera y cuando indefenso conejo se recogía en su madriguera al entrar quedaba prisionero en la puerta de su casa., para la perdiz inventaron la cola en los abrevaderos donde la perdiz iba a beber agua se ponía bastante cola y cuando bebían el agua de la charca sus plumas quedaban impregnadas de la cola al quedar pegadas su patas y al iniciar el imaginario y sencillo vuelo con las alas sus plumas se pegaban más y no podían emprender el retiro hasta que llegaba el propietario de tal colocación para coger la pieza y esconderlas debajo del zurrón para que nadie supiera que llevaba aquella perdid de pico rojo que le serviría para un exquisito manjar familiar.
Yo recuerdo que un día mi HERMANO POLDO, cogio una liebre a correr el y su perro LEÓN, teniendo para ello recorrer más de 12 Klm por tierras a través y saltando paredes hasta que la pobre liebre quedó rendida ante la boca del perro y las manos de Én mi casa teníamos un caballo rojo, y yo me acuerdo que un día me envió mi padre a llevar las vacas a la finca del Prado de la Peña y cuál fue mi sorpresa era las cuatro, cinco de la tarde veo un bando de perdices corretear entre el rastrojo y allí me las vi yo, metí el ganado en el Prado y me fui a por ellas.
En esa hora la perdiz a bebido agua estoy hablando de verano y suelen hecharle tres vuelos de 2 /3 Klm, pero a esa hora menos, la seguí con el caballo y cuando la perdiz no podía volar y solo corre muy de prisa por el suelo yo con mi palo largo les daba hasta que quedaba insausts de fuerza.
Así cofi 3, fue una gozada porque la segunda y la tercera estaban acurrucadas entre las pajas del rastrojo una murió de susto o de ibfarto, la otra la lleve viva.
Era un macho de picó rojo y espolón grande lo tuve en una jaula y aproveche de él para llevarlo al reclamo al campo.
Al oír la sinfonía de eses canto de la perdiz aparecían con los hijos perdigones y así me hice con media docena, cuál era mi ilusión verlos crecer y echarles de comer pero siempre el secreto por delante.
Los pajaritos que antes hemos recordado y que ahora apenas los hay los cogiamos en sus nidos o cuando dormían en los agujeros de las fachadas que como pequeños escaladores subíamos sin Arnes, ni ganchos ni nada parecido a lo que hoy llevan los escaladores subiendo con nuestras garras de las manos y aquellas sandalias a las fachadas de los astial es de 6 y 7 metros y con las vista hacia atrás por si venía el dueño de la casa, pues si nos cogia nos daba un tirón de orejas que nos las dejaba rojas para todo un mes y si se enteraban en casa una buena reprimenda o castigo de no salir a la hora que se acostaban los pájaros.
Lo que sí nos permitían es cogerlos con las trampas o caza pájaros, era un artilugio que sa abría de forma de círculo y en el centro de él se ponía la aguja que se aguantaba con mucha sensibilidad y se le clavaba un grano de trigo grueso para que el pajarito, el pardal, la alondra, la corucha, el tordo lo vieran y fueran a devorar como ellos no veían la trampa al estar tapada con estiércol muy molido picaban y cuál era la sorpresa quedaban prisioneros en aquel lugar maldito para ellos, puesto funcionaba más en los días de nieve cuando la nieve cubría los campos más de 15 días.
Por eso tenemos el juego de la banasta y el farol, era costumbre en las noches de invierno ir acoger gorriones o pardales a las tenadas donde al refugio de ellas y entre los brezos y retamas que se ponen entre las tejas y cuartones ellos dormían y con una luz colocada en un rincón se despertaba el pardal y allí se cogia.
Por eso cuando venía un amigo que sabía que se iba acoger pájaros de noche se apuntaba, y para gastarle la broma le hacíamos ponerse en el suelo con el farol y en el rincón pero tapándole con la BANASTA, cuando ya estaba colocado canteábamos los demás allá van pájaros al cesto y otro amigo cogia un cubo de agua y zas sobre la banasta, cuál era la sorpresa que colla nos tronchabamos de risa y todo quedaba como anécdota para la posteridad entre los amigos.
Otro era ir de noche a buscar NARROS, o liebres si podía pasar, salíamos al campo a 3 / 4 Klm del pueblo y íbamos con una ilusión inmensa de cómo engañar al más inocente de la colla a este le damos un saco.
Cuando llegábamos al arvañal de un prado le hacíamos quedarse allí de rodillas y los demás salíamos en busca de los NARROS o liebres, pero hacíamos dábamos voces cuidado que ya van y lo que hacíamos era irnos hacia el pueblo, hasta que el en el silencio de la noche y pasar horas se aburría y tenía que venir solo hacía el pueblo con cara desencajada y triste porque la inocentada se la llevaba, pero al final todo acababa con alegrías y felicitaciones.
POR ESO NO SÓLO LA CAZA ERA FURTIDA SINO NECESIDAD DE APORTAR A LA MESA LA CARNE Y LOS HUEVOS QUE LA NATURALEZA NOS APORTA A LA HUMANIDAD, no era maltrato de animales pues también el hombre era sustento de sus vidas alimentándoles con sus labranzas que aportaban semillas e insectos en sus lindos sembrados.
Y si al mismo tiempo influía en la diversión sana de la juventud MEJOR QUE MEJOR.
Os voy a contar un poquito de la fauna y la flora de nuestro termino.
Es estos años predominaba la labranza con siembra de algarrobas, trigo, (candeal, modorro, alvariño), centeno, cebada, y avena.
UN 50% sembrado un año el otro cincuenta por ciento de barbecho.
Existían praderas y contra las paredes de las verdes praderas en primavera, se criaban las zarzas que nos daban la verdadera Mora, que vividas con calor si te las comía siempre te cogia un dolor de barriga para que te quiero contar pero si las dejas enfriar untabas un trozo de pan con la nata de la leche casera y sobre esta unas moras y poquito de azúcar que gratitud de bocadillo que nos saciaba el habré, y por las calles correteando no nos lo comíamos con gran apetito y satisfacion, aquello nos era un manjar por todos los costados. HABIA BASTANTE BROZA POR EL TÉRMINO, encinas, carrascales etc.
Esta flora era ideal páral la crianza de perdiz roja, liebres, conejos, y diferentes animales. y aves como los pardales, coruchas, escribanías, rivalbas, codornices, tordos, picarlzas, abubillos, (cucos) lechuza búho etc.
Los chavales y no chavales a demás de la prohibición de la GUARDIA VIVIL, nos dedicábamos muchos ratos a la caza furtiva de. Estos animales.
Para ello se colocaban lazos en los albañales que eran de paso de ellos.
HABÍA QUE TENER MUCHA HABILIDAD Y ASTUCIA, para el conejo y la liebre era un lazo mayor para la perdiz más pequeño a estas también se le colocaba a la entrada de los nidos.
Los lazos los hacíamos con las clones de caballo por qué era los que más se deslizaban sobre las astutas liebres y conejos.
Se ponían de tarde y luego de noche o de madrugada se iva con el mayor despiste para que nadie supiera tu hazaña. Era secreto de no comunicarlo a nadie primero por la prohibición tajante de la GUARDIA CIVIL, y la otra por qué un avispado. vecino te levantará la pieza.
Así era un sistema luego evolucionó la astucia del cazador furtivo y se inventó la red para el conejo en la madriguera y cuando indefenso conejo se recogía en su madriguera al entrar quedaba prisionero en la puerta de su casa., para la perdiz inventaron la cola en los abrevaderos donde la perdiz iba a beber agua se ponía bastante cola y cuando bebían el agua de la charca sus plumas quedaban impregnadas de la cola al quedar pegadas su patas y al iniciar el imaginario y sencillo vuelo con las alas sus plumas se pegaban más y no podían emprender el retiro hasta que llegaba el propietario de tal colocación para coger la pieza y esconderlas debajo del zurrón para que nadie supiera que llevaba aquella perdid de pico rojo que le serviría para un exquisito manjar familiar.
Yo recuerdo que un día mi HERMANO POLDO, cogio una liebre a correr el y su perro LEÓN, teniendo para ello recorrer más de 12 Klm por tierras a través y saltando paredes hasta que la pobre liebre quedó rendida ante la boca del perro y las manos de Én mi casa teníamos un caballo rojo, y yo me acuerdo que un día me envió mi padre a llevar las vacas a la finca del Prado de la Peña y cuál fue mi sorpresa era las cuatro, cinco de la tarde veo un bando de perdices corretear entre el rastrojo y allí me las vi yo, metí el ganado en el Prado y me fui a por ellas.
En esa hora la perdiz a bebido agua estoy hablando de verano y suelen hecharle tres vuelos de 2 /3 Klm, pero a esa hora menos, la seguí con el caballo y cuando la perdiz no podía volar y solo corre muy de prisa por el suelo yo con mi palo largo les daba hasta que quedaba insausts de fuerza.
Así cofi 3, fue una gozada porque la segunda y la tercera estaban acurrucadas entre las pajas del rastrojo una murió de susto o de ibfarto, la otra la lleve viva.
Era un macho de picó rojo y espolón grande lo tuve en una jaula y aproveche de él para llevarlo al reclamo al campo.
Al oír la sinfonía de eses canto de la perdiz aparecían con los hijos perdigones y así me hice con media docena, cuál era mi ilusión verlos crecer y echarles de comer pero siempre el secreto por delante.
Los pajaritos que antes hemos recordado y que ahora apenas los hay los cogiamos en sus nidos o cuando dormían en los agujeros de las fachadas que como pequeños escaladores subíamos sin Arnes, ni ganchos ni nada parecido a lo que hoy llevan los escaladores subiendo con nuestras garras de las manos y aquellas sandalias a las fachadas de los astial es de 6 y 7 metros y con las vista hacia atrás por si venía el dueño de la casa, pues si nos cogia nos daba un tirón de orejas que nos las dejaba rojas para todo un mes y si se enteraban en casa una buena reprimenda o castigo de no salir a la hora que se acostaban los pájaros.
Lo que sí nos permitían es cogerlos con las trampas o caza pájaros, era un artilugio que sa abría de forma de círculo y en el centro de él se ponía la aguja que se aguantaba con mucha sensibilidad y se le clavaba un grano de trigo grueso para que el pajarito, el pardal, la alondra, la corucha, el tordo lo vieran y fueran a devorar como ellos no veían la trampa al estar tapada con estiércol muy molido picaban y cuál era la sorpresa quedaban prisioneros en aquel lugar maldito para ellos, puesto funcionaba más en los días de nieve cuando la nieve cubría los campos más de 15 días.
Por eso tenemos el juego de la banasta y el farol, era costumbre en las noches de invierno ir acoger gorriones o pardales a las tenadas donde al refugio de ellas y entre los brezos y retamas que se ponen entre las tejas y cuartones ellos dormían y con una luz colocada en un rincón se despertaba el pardal y allí se cogia.
Por eso cuando venía un amigo que sabía que se iba acoger pájaros de noche se apuntaba, y para gastarle la broma le hacíamos ponerse en el suelo con el farol y en el rincón pero tapándole con la BANASTA, cuando ya estaba colocado canteábamos los demás allá van pájaros al cesto y otro amigo cogia un cubo de agua y zas sobre la banasta, cuál era la sorpresa que colla nos tronchabamos de risa y todo quedaba como anécdota para la posteridad entre los amigos.
Otro era ir de noche a buscar NARROS, o liebres si podía pasar, salíamos al campo a 3 / 4 Klm del pueblo y íbamos con una ilusión inmensa de cómo engañar al más inocente de la colla a este le damos un saco.
Cuando llegábamos al arvañal de un prado le hacíamos quedarse allí de rodillas y los demás salíamos en busca de los NARROS o liebres, pero hacíamos dábamos voces cuidado que ya van y lo que hacíamos era irnos hacia el pueblo, hasta que el en el silencio de la noche y pasar horas se aburría y tenía que venir solo hacía el pueblo con cara desencajada y triste porque la inocentada se la llevaba, pero al final todo acababa con alegrías y felicitaciones.
POR ESO NO SÓLO LA CAZA ERA FURTIDA SINO NECESIDAD DE APORTAR A LA MESA LA CARNE Y LOS HUEVOS QUE LA NATURALEZA NOS APORTA A LA HUMANIDAD, no era maltrato de animales pues también el hombre era sustento de sus vidas alimentándoles con sus labranzas que aportaban semillas e insectos en sus lindos sembrados.
Y si al mismo tiempo influía en la diversión sana de la juventud MEJOR QUE MEJOR.