Conocido en los cantares de gesta y crónicas posteriores, fue conde de Castilla y de
Álava en el siglo X, siendo denominado ‘El Buen Conde’. Personaje teñido de tintes legendarios, la base patrimonial de su
familia era el
castillo de Lara de los Infantes, estableciendo un poderoso linaje que alcanzará gran influencia en el reino leonés.