El 13 de febrero de 1930, tras pasar seis años en el exilio, regresó a
Salamanca D. Miguel de Unamuno, siendo recibido por una gran multitud de personas. Se cuenta que se dirigió a ellas diciendo: “Os dije que volvería, no con mi libertad, que nada vale, sino con la vuestra”.
Primo de Rivera lo había desterrado en febrero de 1924 a
Fuerteventura pero, a pesar de recibir el indulto el 9 de julio, decidió exiliarte voluntariamente a
Francia, primero en París y, al poco tiempo, a Hendaya, donde se
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