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Testigo mundo de un periodo de nuestra historia es esta lápida colocada bajo los soportales de la iglesia. Para algunos, exaltación de unos determinados valores; para otros, afrenta por representar sublevación frente a legalidad. Recordatorio que en muchos lugares ha sido sustituido por otra placa, donde obviando nombres, se recuerda a todos los que murieron como consecuencia de la guerra del 36 al 39 del siglo pasado, sin distinción de bandos y banderías. Creo que mezclar política y religión no es lo más acertado; ni para la religión, ni para la política; por ello no me gusta el lugar donde está ubicada y tampoco el lema que lo preside. Dios es de todos y está en las creencias y sentimientos de cada uno; y por España, como si España fuera patrimonio de unos nada más, lo mejor que se puede hacer es buscar el consenso, entendimiento, armonía, paz, bienestar para los ciudadanos, etc., en lugar de divisiones o enfrentamientos inciviles que lo único que producen es desolación y muerte.
Hay una ley de la Memoria Histórica; ignoro si esto incumple algún precepto, aunque me temo que está fuera de norma y alguien debería llevar la placa a otro sitio, aunque también hay otras similares en otras iglesias (la de San Martín en Salamanca entrando por Poeta Iglesias) y de todas considero deberían ser retiradas.
Hay una ley de la Memoria Histórica; ignoro si esto incumple algún precepto, aunque me temo que está fuera de norma y alguien debería llevar la placa a otro sitio, aunque también hay otras similares en otras iglesias (la de San Martín en Salamanca entrando por Poeta Iglesias) y de todas considero deberían ser retiradas.