Los montes que rodean esta bella localidad salmantina están ardiendo por tres puntos diferentes; los desalmados e hijos mal nacidos están haciendo de las suyas. Aprovechando la sequedad del terreno por ausencia de lluvias durante meses y la escasez de nieve, algún descerebrado enemigo del bien común le ha pegado fuego al monte con el consiguiente daño para la flora y fauna del lugar; amén de venir a agravar los problemas de medio ambiente y poner en riesgo a personas y propiedades. Sería bueno que la Guardia Civil cogiera al individuo o individuos que han perpetrado el hecho y los jueces le pusieran un correctivo que, además de dolerle en el bolsillo, le supusiera estar una temporada en la trena.