Una de las claves que despierta el interés por esta
capilla reside en la leyenda de la víspera de examen de los licenciados. Los alumnos pasaban la
noche encerrados en la capilla junto al sepulcro del obispo Lucero hasta que, al día siguiente, se examinaban apoyando los pies junto a los del obispo, en una réplica que se mantiene en la actualidad para que los turistas comprueben el origen de la
tradición.
El examen, tal como describen los historiadores de la
Catedral, consistía de un largo ceremonial
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