El día de
San Marcos, 25 de Abril, a pesar de no ser
fiesta en La Zarza, los niños lo esperaban todo el año con mucha ilusión; pues no había
colegio esa tarde y todos acudían , en grupos, a
comprar caramelos a la población cercana de
Cerezal de Peñahorcada que celebraba la fiesta de su
santo patrón. Constituía una
excursión colectiva, de grupos.
Personalmente, recuerdo aquellos típicos caramelos de "cristal" (así los llamábamos), con vivos
colores de los carameleros de
Vilvestre; ricos ricos de verdad, que al final, chupados y gastados, quedaban afilados como cuchillas y más de uno se cortaba la lengua. Era casi obligada la
compra de un bastón (cayada) de caramelo por parte de los niños; que ninguna llegaba a
casa intacta, ya por rotura o por la impaciencia de darle un mordisco; con lo cual la ilusión de enseñarla entera y hermosa quedaba rota como la propia cayada. Las niñas tenían como principal atractivo de compra, aparte de los caramelos, aquellas pelotas unidas a una goma que se ataba a un dedo de la mano para botar y botar una y mil veces. Era como un "yo-yo" para pobres. Algunas chicas dominaban este
arte con una destreza admirable.
Normalmente la ida y vuelta se hacían andando por el
camino que era más recto y corto que la
carretera. A veces corriendo se llegaba en unos minutos, con la emoción palpitante de echar la mirada atrás y ver La Zarza y a los pocos instantes, avistar Cerezal. Para muchos, esta era su primera experiencia, su primer y único desplazamiento a otro lugar, otra población , lo que suponía un emoción indescriptible al descubrir que por sí mismos, por su propio pie se podía "viajar" y llegar a otros
pueblos, otros mundos, aunque de momento sólo fuera, el nuevo, cercano e ilusionante mundo del vecino Cerezal a escasos cuatro kilómetros del nuestro.
También recuerdo aquella cantinela, que oíamos a los jóvenes y los pequeños repetíamos:
Venimos de San Marcos Y ahora que lo tienen
bonita población no sirve para ná
bailamos en
las eras porque en él no cabe
por no tener
salón tó el pesonal.
O esta otra:
Agua de San Marcos, rey de los charcos,
para mis triguitos que ya están floridos
para mi cebada que ya está
granada,
para mi melón que ya tiene
flor,
para mi
sandía que ya tiene un día,
agua de San Marcos.
Añoranzas de un vecino de La Zarza, José Manuel Martín García (Contenido extraído de la página web: http://usuarios.lycos.es/zarzadepumareda/tradic1.htm )