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CEREZAL DE PEÑAHORCADA

Habitantes: 148  Altitud: 702 m.  Gentilicio: Cerezaleños 
Hoy amanece en CEREZAL DE PEÑAHORCADA a las 09:49 y anochece a las 19:01
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Situación:

Cerezal de Peñahorcada es un municipio de la comarca de La Ramajería (Tierra de Vitigudino), en la provincia de Salamanca, Castilla y León, España.

Su término municipal se encuentra entre El Milano y Mieza de la Ribera. Cerezal perteneció hasta el año 1874, junto con otros pueblos de la zona, a la vicaría del apóstol Santiago con sede en Barruecopardo.

Se integra dentro del Parque Natural de Arribes del Duero, muy próximo a la frontera con Portugal, situado en el cruce de varias vías. Tiene una altitud de 702 m sobre el nivel del mar.

Ayuntamiento:

Alcalde: LUIS RODRÍGUEZ PÉREZ PP.

Monumentos:

La parroquia de Cerezal tiene 118 feligreses, con una media de edad alta, ya que no se contabilizan niños y hay pocos jóvenes. El párroco, en 1994, Domingo Peinado afirmaba que: "es una parroquia muy religiosa con una asistencia masiva y participativa en la Eucaristía del Domingo. Además se celebra la Eucaristía otros cuatro días laborables a la semana con la asistencia de un buen grupo". Existe un grupo de oración-reflexión y otros cuatro grupos que se encargan de la limpieza del templo.

Fiestas:

Fiestas de San Marcos, 25 y 26 de Abril. San Marcos, patrón de Cerezal-La fiesta principal es la de San Marcos, cuya onomástica se celebra el día 25 de Abril. Con este motivo, hay dos días de fiesta religiosa, con misa y procesión. Además, el segundo día, hay bendición de campos.

Costumbres:

El día de San Marcos, 25 de Abril, a pesar de no ser fiesta en La Zarza, los niños lo esperaban todo el año con mucha ilusión; pues no había colegio esa tarde y todos acudían , en grupos, a comprar caramelos a la población cercana de Cerezal de Peñahorcada que celebraba la fiesta de su santo patrón. Constituía una excursión colectiva, de grupos.

Personalmente, recuerdo aquellos típicos caramelos de "cristal" (así los llamábamos), con vivos colores de los carameleros de Vilvestre; ricos ricos de verdad, que al final, chupados y gastados, quedaban afilados como cuchillas y más de uno se cortaba la lengua. Era casi obligada la compra de un bastón (cayada) de caramelo por parte de los niños; que ninguna llegaba a casa intacta, ya por rotura o por la impaciencia de darle un mordisco; con lo cual la ilusión de enseñarla entera y hermosa quedaba rota como la propia cayada. Las niñas tenían como principal atractivo de compra, aparte de los caramelos, aquellas pelotas unidas a una goma que se ataba a un dedo de la mano para botar y botar una y mil veces. Era como un "yo-yo" para pobres. Algunas chicas dominaban este arte con una destreza admirable.

Normalmente la ida y vuelta se hacían andando por el camino que era más recto y corto que la carretera. A veces corriendo se llegaba en unos minutos, con la emoción palpitante de echar la mirada atrás y ver La Zarza y a los pocos instantes, avistar Cerezal. Para muchos, esta era su primera experiencia, su primer y único desplazamiento a otro lugar, otra población , lo que suponía un emoción indescriptible al descubrir que por sí mismos, por su propio pie se podía "viajar" y llegar a otros pueblos, otros mundos, aunque de momento sólo fuera, el nuevo, cercano e ilusionante mundo del vecino Cerezal a escasos cuatro kilómetros del nuestro.

También recuerdo aquella cantinela, que oíamos a los jóvenes y los pequeños repetíamos:

Venimos de San Marcos Y ahora que lo tienen

bonita población no sirve para ná

bailamos en las eras porque en él no cabe

por no tener salón tó el pesonal.

O esta otra:

Agua de San Marcos, rey de los charcos,

para mis triguitos que ya están floridos

para mi cebada que ya está granada,

para mi melón que ya tiene flor,

para mi sandía que ya tiene un día,

agua de San Marcos.

Añoranzas de un vecino de La Zarza, José Manuel Martín García (Contenido extraído de la página web: http://usuarios.lycos.es/zarzadepumareda/tradic1.htm )

Historia:

Cuentan que cuando florecen los cerezos, el sol entra por las ventanas y el verde de los campos es más intenso. La flor del cerezo es signo de primavera, de renacimiento, su aroma lo envuelve todo y da fuerza para levantar la vista y continuar. Hace ya tiempo, en este lugar, se vivió con intensidad ese precioso momento. Por entonces, aquí, los cerezos se contaban por docenas. Buena muestra de ello es la denominación de este lugar: Cerezal. El sobrenombre de Peñahorcada proviene de un montículo cercano que termina en una peña con forma de horca, apero de labranza.

A finales del siglo XIX, la iglesia se encontraba en un lugar algo distante del núcleo urbano. Por esta razón fue trasladada. En la reconstrucción, sólo se conservaron la portada de arco semicircular con dovelones de inspiración gótica y el arco central de medio punto. Este templo es de estilo neoclásico. En su interior, se encuentra un retablo barroco de finales del siglo XVIII, con columnas salomónicas.

La parroquia cuenta con una cruz procesional de plata repujada, de mediados del siglo XVI, de estilo renacentista y de la escuela salmantina con medallones en los extremos en los que figuran , al dorso, los cuatro evangelistas y, en el reverso, los padres de la Iglesia.