Cuando llega primavera:
Crece la roja amapola
margaritas y puede que rosas,
el tomillo y algún que otro aroma,
así de unas formas locas
nace cada año la bonita primavera
en un pueblo de tantas historias;
desde aquel camino real de tantas leyendas,
rebaños de miles de ovejas,
vaqueros de cuentos y mastines
que fieles a los vaqueros y pastores,
caminaban siempre juntos.
Tantas historias quedaron olvidadas,
cuentos de los abuelos del pueblo vecino
cuyos recuerdos más cercanos,
me retroceden en el tiempo,
y me llevan a el mes de las flores mayo,
los encierros y los carros era un sueño,
la no menos famosa tahona es y era un lujo,
sin olvidarse de la carnicería
y como no los telares ole y ole a cada charro.
Pero lo guarda la torre hoy iglesia,
el más grande de todos y como un relicario
camina por las calles cada semana Santa,
es un cristo clavado en un madero
llamado cruz y el un nazareno
un Dios sufriendo.
Siendo un Dios y pescador,
el bajo a la tierra
para dejar tanto amor
en este pueblo llamado el BODÓN
Crece la roja amapola
margaritas y puede que rosas,
el tomillo y algún que otro aroma,
así de unas formas locas
nace cada año la bonita primavera
en un pueblo de tantas historias;
desde aquel camino real de tantas leyendas,
rebaños de miles de ovejas,
vaqueros de cuentos y mastines
que fieles a los vaqueros y pastores,
caminaban siempre juntos.
Tantas historias quedaron olvidadas,
cuentos de los abuelos del pueblo vecino
cuyos recuerdos más cercanos,
me retroceden en el tiempo,
y me llevan a el mes de las flores mayo,
los encierros y los carros era un sueño,
la no menos famosa tahona es y era un lujo,
sin olvidarse de la carnicería
y como no los telares ole y ole a cada charro.
Pero lo guarda la torre hoy iglesia,
el más grande de todos y como un relicario
camina por las calles cada semana Santa,
es un cristo clavado en un madero
llamado cruz y el un nazareno
un Dios sufriendo.
Siendo un Dios y pescador,
el bajo a la tierra
para dejar tanto amor
en este pueblo llamado el BODÓN