El presbiterio acoge en su frente un espléndido
retablo, con
hornacina central y dos laterales, separadas por
columnas, expositor, sagrario y mesa de
altar, todo ello realizado en
piedra policromada, y
escudo franciscano flanqueado por dos ángeles, en el piso alto.
El presbiterio se cubre mediante
bóveda de nervios que apoyan en basas situadas en el tercio superior de las paredes