Roble nevado, EL CERRO

Parece mentira que sea el mismo roble Herrero tan frondoso y fornido de otras veces. Es la perfecta imagen del paso de las estaciones y del tiempo; después de la tormenta siempre llega la calma, y viceversa.

Así, a veces no hay más que contemplar la naturaleza para comprender lo sencilla que es la vida (a pesar de que nosotros nos empeñamos en complicarla tanto a veces...).

Saludos y a disfrutar de la primavera.