La antigua
mina, de la que se conserva esta
torre y algún elemento más, se explotó durante las primeras décadas del siglo XX para obtener cristales de cuarzo morión en forma de geodas. Se perforó un
pozo que alcanzó los 80 metros de profundidad (ahora inundado de
agua) extrayendo el material mediante una caldera de hierro movida por poleas a través de una línea que, partiendo de esta torreta alcanzaba el otro lado de la mina. (Modificado del panel explicativo existente a pié de mina)