Por fortuna la vegetación de ribera de nuestro río surge de forma espontánea, pero no tiene nada que ver con lo que había antes de la desdichada canalización, años 1960s, que se llevó por delante magníficas alamedas. Ahora nuestro Gamo, la mayor parte del año, parece un canal de desagüe con poca realción con lo que antes fué. Signos de los nuevos tiempos.