Situado en el punto más alto de la villa, se trata de una iglesia inacabada del siglo XV, construida por encargo de la Infanta doña Catalina, hermana del rey Juan II de Castilla, de la que tan solo se conserva la cabecera de estilo ojival. Sin embargo, para los guijuelenses, El Torreón es mucho más que simples restos arquitectónicos. Es el fiel guardián de varios siglos de historia y verdadero símbolo del municipio; no en vano, ocupa la parte central del escudo de la villa.