Pueblo muy pequeño en el límite con la provincia de
Avila, precioso en
invierno, donde suele
nevar una o dos veces cada año y acogedor en
verano. Su principal valor es ese
paisaje de penillanura en el que está enclavado y el silencio que se paladea en cada
esquina. Ideal para el descanso. En verano la altitud del pueblo (más de 1.000 metros) hace que el calor sea llevadero y fácil de mitigar debido al aire que corre suavemente cada día desde los
montes más cercanos. Su proximidad a poblaciones importantes
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