Viajar
La Alberca: entre
sombras y luces
Ha sido mucho el empeño de los vecinos de este municipio de la
sierra de
Francia por conservar intacto su patrimonio local, que no es otro que el
casco antiguo, que hay que recorrer una y otra vez hasta sentirse parte integrante de él. Unamuno, Sorolla y Buñuel ya lo hicieron.
Brais Seara
Silvia Roba
5/10/2020, 10:29
El nombre de la Peña de Francia hace referencia a los repobladores franceses que hasta aquí llegaron durante los siglos XI y XII. En 1434, un fraile, también francés, llamado Simón Roldán descubrió, tras escuchar en sueños una voz, la talla de una
virgen de
color, para cuya custodia se construyó una
capilla que, con el tiempo, y gracias a los monjes dominicos, se transformaría en un venerado
convento, con
iglesia y hospedería. Las vistas desde el
santuario, a 1.783 metros de altitud, son espectaculares, con toda la llanura del
campo charro, las
montañas de Las Hurdes y ese rosario de
pueblos que rodean el legendario
valle de Las Batuecas, entre ellos La Alberca, ante nuestros ojos.
Valle de Las Batuecas,
Salamanca / herraez / ISTOCK
Esta localidad salmantina tiene el honor de ser la primera población rural de
España declarada
Monumento Histórico Nacional. Es, con seguridad, el
pueblo que mejor ha sabido conservar
tradiciones,
arquitectura popular,
trajes y
fiestas de toda la sierra. Lo que más llama la atención son siempre las estrechas callejuelas y las
plazas, que dibujan un entramado urbano laberíntico, en el que destacan sus peculiares
casas. Visitar la
Casa Sátur Juanela, reconvertida en
museo, sirve para conocer cómo eran y cómo son las auténticas viviendas albercanas.
La Alberca, Salamanca / D. R.
La
Plaza Mayor, de planta irregular y rectangular, es el centro de la vida social de la localidad. Aquí se produce la rifa del
cerdo de
San Antón, un marrano que, tras ser bendecido el 13 de junio, campa por las
calles y es alimentado por los vecinos hasta el día de su subasta, el 17 de enero. Es una
tradición con más de cinco siglos de
historia que recuerda la presencia aquí de judíos conversos, quienes criaban al animal durante un año para donarlo a la Iglesia.
D. R.
El monumento principal de la villa es la iglesia de la Asunción, del siglo XVIII, con esa robusta
torre en la que encuentra acomodo una
campana mayor que “deshace nubes y vientos cantando el Ave María”, como reza su inscripción. El templo conserva una imagen del
Cristo del Sudor –dicen que sudó sangre en una ocasión–, atribuida a Juan de Juni. No hay que marcharse sin echar un vistazo al Museo del
Traje, para conocer los cuatro trajes típicos albercanos (Vistas, Zagalejo, Ventioseno y Sayas), así como la riqueza de sus joyas.