Estos Carnavales por fin me decidí a ir a Ciudad Rodrigo, ya que había oido muchas veces lo singulares que eran. La casualidad quiso que los organizadores del viaje cogieran el alojamiento en La Alberca y no les puedo estar más agradecida. Este pueblo es fresco, singular y precioso, pareces metido en un ambiente mágico, como de película.No tardaré mucho en volver pero con bastante más tiempo (me ha sabido a poco). No dudeis el visitar también el cercano Valle de Batuecas, que parece sacado del tiempo.