Loa en la Senjá
La peña de la Senjá era un excelente lugar para jugar. Previamente alguno se había encargado de echar un bando a los vecinos: "Se ruega a los vecinos que hay Loa en la Senjá y la entrada es gratuita".
Los niños adornábamos la peña con ramas de árboles y piedras.El público de niños se acomodaba en las paredes de al lado. Había quienes nos miraban siempre de reojo y quien se perdía la función si le salía en ese momento un encargo de su casa. La función comenzaba disfrazándonos con hojas de castaño, o nogal unidas unas con otras y puestas en el cuerpo y en la frente. Al demonio se le tiznaba la cara. Los petardos se metían en una "cañiveta":"Vomita ya vil serpiente, ..." Nos tapábamos los oídos y más los ojos. El traqueteo iba seguido de risas y discusiones. Los asistentes intervenían: " pues no, no se dice así, tienes que decir, ..." y siempre se terminaba diciendo los mismos versos "vomita ya... -ISIBE-.
La peña de la Senjá era un excelente lugar para jugar. Previamente alguno se había encargado de echar un bando a los vecinos: "Se ruega a los vecinos que hay Loa en la Senjá y la entrada es gratuita".
Los niños adornábamos la peña con ramas de árboles y piedras.El público de niños se acomodaba en las paredes de al lado. Había quienes nos miraban siempre de reojo y quien se perdía la función si le salía en ese momento un encargo de su casa. La función comenzaba disfrazándonos con hojas de castaño, o nogal unidas unas con otras y puestas en el cuerpo y en la frente. Al demonio se le tiznaba la cara. Los petardos se metían en una "cañiveta":"Vomita ya vil serpiente, ..." Nos tapábamos los oídos y más los ojos. El traqueteo iba seguido de risas y discusiones. Los asistentes intervenían: " pues no, no se dice así, tienes que decir, ..." y siempre se terminaba diciendo los mismos versos "vomita ya... -ISIBE-.