Parte del encanto de este
pueblo reside en su gente y en lo divertida que es. Recuerdo como Don José nos reñía año tras año en
San Ramón por montar los gallineros que montábamos en la tribuna superior de la
iglesia, siempre desde el respeto, pero éramos niños ¿que se iba a esperar de una pandilla como nosotros? Un beso para todos los que hemos disfrutado las
fiestas de la Calzada, por cierto las mejores de la comarca.Maribel.