Bella y hermosa encina en un paraje próximo al dolmen del Teriñuelo.
Elisa Merino, escultora de Guijuelo, hizo este pequeño monumento dedicado al arriero, profesión a la que se dedicaron una buena parte de los hombres del lugar.
La que fue una calle importante del pueblo por la que se accedía al puente y la vega del Tormes, ahora se muestra desierta y sin continuidad más allá del agua embalsada en el pantano de Santa Teresa.
Lugar de encinas centenarias junto al embalse de Santa Teresa.
Arco toral que formó parte de la sinagoga que existió en este pequeño pueblo.
Paisaje de dehesas de buenos y finos pastos con los que se alimenta la importante cabaña ganadera del lugar. al fondo, las nieves invernales del macizo de Gredos.