Por fin el Otoño ha dejado sus veleidades veraniegas y primaverales y nos ha traído un temporal de viento, lluvía y frío que nos anuncia la cruda realidad invernal. Hasta ayer era un placer pasear por el campo;este año las charcas están a rebosar de agua, el agua corre por las regaderas y regatos. Ayer podé y corté las últimas rosas de mi jardín; también inicié la tala y preparación de mis árboles frutales. Este año ha sido un buen año; he cogido una buena cosecha de guindas, cerezas, ciruelas, peras y manzanas; no puedo decir lo mismo de las patatas; yo que me siento émulo de Horacio y de Fray Luis en sus respectivos "Beatus Ille", he tenido mi cosecha de patatas un poco abandonada; la cosecha ha sido ínfima y mis vecinos se han reído de mis inútiles trabajos. Pero no importa; lo importante es que los hermosos huertos de Rinconada estén arreglados y preparados; lo importante es mantener la ilusión y la esperanza: ver florecer los árboles en primavera y coger sus sabroso frutos en Otoño.!Qué bonito es Rinconada en cualquier época del año! Hoy hacía frío, hay humedad en el ambiente, el cielo está encapotado, es un día triste, gris. El aire sopla fuerte y bufa en las copas de los árboles y en las chimeneas; las hojas de los árboles revolotean ajadas y marchitas y se posan silenciosas suavemente sobre el suelo. Las veo caer con una cierta nostalgia. A pesar de todo me siento feliz porque estoy en mi paraíso perdido, en RINCONADA.