Impresiones de otoño. Es una maravilla este otoño primaveral que nos ha tocado en suerte. El día uno de octubre todo el campo está verde, hecho que no sucede todos los años en nuestra tierra. Los habitantes de Rinconada se preparan para la llegada del crudo invierno, pero mientras este llega la gente disfruta de estos días de transición del verano al otoño con la misma ilusión que si de una nueva primavera se tratara. En Rinconada ya sólo quedan los de siempre, bueno cada año alguno menos por los que van desapareciendo; los de siempre y los que nos acercamos de vez en cuando por allí, sobre todo los fines de semana, para recuperar el solaz, la paz y la alegría que nos proporciona siempre una pequeña estancia en Rinconada. Me emociona ver a mis ancianos padres pasear entre los árboles del jardín recogiendo la fruta madura; mi padre, un castellano recio, serio, honesto, trabajador con su hermosa cabellera blanca, cubierta con una boina castellana pequeña de las que ya se usan pocas en los pueblos de Castilla; mi madre, que no vive ya en el mundo real, sino que vive en el mundo de sus sueños y de su infancia y que sin embargo y a pesar de ello no ha perdido su espiritu de bondad y servicio a los demás. Hoy, he regresado a la ciudad con la sensación de que mis octogenarios padres se sienten contentos y felices en este pequeño paraíso que es el pueblo de Rinconada.