Cuando pienso en las injusticias que vemos a diario a nuestro alrededor, cuando veo la rabia, el dolor, la frustración y la resignación que muestran aquellos que huyen de la miseria, me asaltan multitud de interrogantes sobre la condición humana. Me pregunto si no haría falta promover una constitución universal que tuviera como base los derechos humanos; acaso no podremos llegar una a un código legal único y universal válido para todos los pueblos y naciones. La publicidad engañosa no retrata nunca el mundo de los pobres, los enfermos, los viejos, los marginados. Los valores de la familia tradicional están siendo menoscabados ysustituidos por los valores de la economía de mercado; los únicos valores de esta sociedad es que hay que ser rico, joven, guapo y dinámico. Todo lo demás es secundario.