PROMESAS
Y nos repartimos en nuestros vehículos para acercarlos a casa impresionados por aquella forma de hablar gaucha, una resonancia harto cariñosa que, en sus extrovertidas curiosidad de saber de nosotros, no cesaba de acariciar mis oídos - ¿Y vos “sos” el más chico? – Me preguntaba mi prima Ángela con una pollera provocativa para el adolescente que un servidor era; sus enjutas piernas me recordaba la famélica figura de mi hermano Antonio que, pese al gran apetito del que hacía gala, jamás ... (ver texto completo)
Y nos repartimos en nuestros vehículos para acercarlos a casa impresionados por aquella forma de hablar gaucha, una resonancia harto cariñosa que, en sus extrovertidas curiosidad de saber de nosotros, no cesaba de acariciar mis oídos - ¿Y vos “sos” el más chico? – Me preguntaba mi prima Ángela con una pollera provocativa para el adolescente que un servidor era; sus enjutas piernas me recordaba la famélica figura de mi hermano Antonio que, pese al gran apetito del que hacía gala, jamás ... (ver texto completo)