BANASTERO
Aún hoy recuerdo a mi cuñado Demetrio, en el rincón derecho de esta plaza; ya al fondo, saliendo la pendiente hacia la calle de Pedro “el maño”. Una escueta puerta, un angosto patio en el que él rajaba y cepillaba la madera con la cuchilla en la mano; listones finos por el suelo, cuerdas y aros de ramas ceñidas para el cuello de los canastos. Sobre un tajo de tres patas, siempre lo hallé laborando, astillas, virutas; sobre el buzo nevado. Otras veces arrodillado, penitente con cuerdas ... (ver texto completo)
Aún hoy recuerdo a mi cuñado Demetrio, en el rincón derecho de esta plaza; ya al fondo, saliendo la pendiente hacia la calle de Pedro “el maño”. Una escueta puerta, un angosto patio en el que él rajaba y cepillaba la madera con la cuchilla en la mano; listones finos por el suelo, cuerdas y aros de ramas ceñidas para el cuello de los canastos. Sobre un tajo de tres patas, siempre lo hallé laborando, astillas, virutas; sobre el buzo nevado. Otras veces arrodillado, penitente con cuerdas ... (ver texto completo)