En el pasado nuestro pueblo estuvo rodeado de extensos bosques de roble y castaño, que con el tiempo fueron talados para habilitar terrenos para el cultivo y pastos para en el ganado. Los castaños, adaptados a las características del terreno y clima de Lagunilla, fueron muy abundantes, y con sus frutos, proporcionaron servicios en beneficio de la alimentación humana y de de los animales. Su madera sirvió en la construcción de edificios tanto para las vigas, como para las cubiertas, ventanas y puertas, ... (ver texto completo)