UNA REFLEXIÓN
Ningún día merece la pena si no veo salir el sol. Es la luz a caso, acompañada del natural calor, la que dicta alegría o un pésimo dolor; tristeza bajo una nube oscura de lamentos o esperanza en el resplandor que marca el horizonte alumbrado con la flama de Dios.
Hay momentos en los que se debe pasar de soslayo, sin tomar decisión; esperar que pase la guadaña, si es que toca, para ver el sembrado mejor. La vida consta de envites ensoberbecidos y taimados como de monda ilusión. Seamos valientes o cobardes, tomemos un momento u otro; al rendir cuentas… Fuimos pírrica manifestación de un antojo natural de la Creación.
Saludos foreros ... (ver texto completo)
Ningún día merece la pena si no veo salir el sol. Es la luz a caso, acompañada del natural calor, la que dicta alegría o un pésimo dolor; tristeza bajo una nube oscura de lamentos o esperanza en el resplandor que marca el horizonte alumbrado con la flama de Dios.
Hay momentos en los que se debe pasar de soslayo, sin tomar decisión; esperar que pase la guadaña, si es que toca, para ver el sembrado mejor. La vida consta de envites ensoberbecidos y taimados como de monda ilusión. Seamos valientes o cobardes, tomemos un momento u otro; al rendir cuentas… Fuimos pírrica manifestación de un antojo natural de la Creación.
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