MI GRAN AMIGO GUILLERMO (6ª entrega)
Quizás, lo que más compartimos mi amigo y yo, fueron esos esporádicos paseos llevando su ganado; silbidos acuciadores a los que las vacas respondían con mugidos desdeñosos y terquedad muy consabida.
Estaba ya tan familiarizado con sus mulas aquel año que me dejé llevar por un impulso que ardía dentro de mí. Salté a lo desesperado para emprender una nueva de esas ricas salidas sobre el aparejo y se volvió indomable la acémila. Arremetiendo coces al aire ... (ver texto completo)
Quizás, lo que más compartimos mi amigo y yo, fueron esos esporádicos paseos llevando su ganado; silbidos acuciadores a los que las vacas respondían con mugidos desdeñosos y terquedad muy consabida.
Estaba ya tan familiarizado con sus mulas aquel año que me dejé llevar por un impulso que ardía dentro de mí. Salté a lo desesperado para emprender una nueva de esas ricas salidas sobre el aparejo y se volvió indomable la acémila. Arremetiendo coces al aire ... (ver texto completo)