Si tendría la habilidad de escribir algunas églogas dedicadas a mi pueblo y aunque no se acercaran a la delicadeza y elocuencia de la geórgica trabajadas por Virgilio; no dejaría de llevar en sus bucólicas frases todo lo que a mi pueblo admiro.
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene; ... (ver texto completo)