DISFRUTAR DE NUESTRAS PLAZAS
No hay como el verano para sosegarse y tomar sombra, una mesa y unas sillas; rodearse de gente buena. Sobre plazas y paseos reina un espacio, un asueto de paisanos que comparten refrigerios; palabras y sonrisas, tapitas si viene a cuento. Silencios con pausa, miradas sin recelo, distancias cortas entre las mesas; serranos que se dan encuentro. Los que moran todo el año y los que se arriman desde lejos, todos invaden las plazas con su armonía y sabor a pueblo.
No hay como el verano para sosegarse y tomar sombra, una mesa y unas sillas; rodearse de gente buena. Sobre plazas y paseos reina un espacio, un asueto de paisanos que comparten refrigerios; palabras y sonrisas, tapitas si viene a cuento. Silencios con pausa, miradas sin recelo, distancias cortas entre las mesas; serranos que se dan encuentro. Los que moran todo el año y los que se arriman desde lejos, todos invaden las plazas con su armonía y sabor a pueblo.