Amo los Belenes. Eso me lo enseñaron mis padres. En mi casa se cantan todavia los villancicos tradicionales que poblaron nuestra infancia. Amo este tiempo de Adviento que contiene la esperanza de la humanidad. Lo que soy ahora me marco en mis seis o siete años en Lagunilla. La verdad que me contiene mi infancia. lTuve la suerte de tener padres que nos amaron y que en materia de Educaciòn hiciero TODO PARA que tuvieramos lo mejor. Y LO consiguieron. Tal vez fueron demasiado estrictos... pero asì son ... (ver texto completo)
Cada año se ven menos zambombas. Era algo muy familiar salir de casa con el rin rin de la botella de anís al son de cucharas, tenedores u otro utensilio sustraido de la mesa que frotaba el accidentado vídreo. Panderetas y tapaderas de cazuelas que ensordecían las calles y llamaban puerta a puerta; solicitando un dulce de turrón con aguardiente o anisado licor, algún caldo ardoroso para paliar el frío. Villancicos cachondos y formales según iba calando el vino.