En Salamanca no paraba en casa. Le gustaba salir, recorrer las rúas, hablar con la gente, enterarse de todo lo que en la calle se cocía, entablar conversación con conocidos o cualquiera que fuera sociable. Madrugaba lo justo, pero inmediatamente, después de afeitarse con la maquinilla eléctrica, asearse y desayunar, salía a la calle y se iba al Mercado Central, previo paso por la plaza que denominaba de la “verdura” –por venderse en ella productos del campo del alfoz de la capital charra- junto a ... (ver texto completo)
Este hombre debió de ser muy activo. Mi padre también llevaba ese porte de vestir y de andar con cierta gallardía; eso sí... su carácter (en la calle) algo socarrón. Claro que, jugando a las cartas en familia (sin apostar nada) se pillaba unos "cabreos de muy señor mio". En casa se mostraba serio pero desenfadao. Convivir con una decena de hijos invita a ser algo reservado hasta que, por motivos ineludibles, se veía obligado a poner paz.
En Navarra lo conocían por "el hombre del sombrero". Es ... (ver texto completo)
En Navarra lo conocían por "el hombre del sombrero". Es ... (ver texto completo)