Pedro, si como dices llevas 20 años padeciendo problemas de cadera ¿de ambas?, y tienes tantos dolores que te obligan a estar en stand by, supongo, estás llegando a un punto que ya te tiene que ir planteando pasar por el quirófano. A consecuencia de los dolores se dejan de hacer muchas cosas, se pierden oportunidades y, lo que es peor, se suele perder el buen humor y se generan discusiones. La calidad de vida se ve mermada.
Es cierto que los médicos, a las personas más jóvenes les suelen decir, mientras aguantes el dolor no te preocupes que el material con que se hacer las prótesis tiene fecha de caducidad, etc., etc. Pero, claro, llega un momento que hay que tomar una decisión, ya que diferir indefinidamente lo que hay que hacer, da como resultado una limitación de la movilidad de la persona que lo sufre, más pérdidas de masa muscular por la falta de ejercicio, tener que depender de otros para ponerte lo calcetines o abrocharte los zapatos, posibilidad más que real de lesiones en rodillas y lumbares por la posición de las extremidades inferiores al caminar, dismetría de esos miembros (que te harán cojear), desviaciones en la columna, etc. Para aliviar los dolores, te recetan una serie de antiinflamatorios que, como mucho, te aliviaran momentáneamente, pero si acostumbras al cuerpo a los mismos, pierden eficacia a la vez que te pueden dañar algún otro órgano. De esos remedios, cuanto menos, mejor. Los tomes o no, la artrosis no se detiene.
Finalmente hay que hacerlo. Los malos ratos pasados quedan para ti y tu familia, las posibles secuelas descritas ahí quedan y la recuperación más difícil.
Entre tanto tomas la decisión, no olvides que tienes que hacer dos cosas, desde mi punto de vista importantes, una: ejercicio, la natación es ideal, la bicicleta también, pero me da que ya te será imposible mover los pedales; y otra: perder peso, menos kilos, menor sobrecarga en la zona lesionada.
La intervención, como todas no está exenta de riesgos, pero no hay que exagerar o escudarse en los mismos para dejar pasar el tiempo. Se trata de una intervención en la que se pierde mucha sangre, por lo que en ocasiones, se recurre a la autotransfusión (se te extrae, semanas antes, sangre que se conserva por si pudiera ser necesaria durante la operación, de esta forma se te pone la tuya y no la de otra persona). No necesitas ingresar el día anterior, con llegar a la hora de abrir el quirófano tienes bastante, obviamente, previamente debes haber seguido las instrucciones que te da el cirujano y el anestesista que se entrevista y hace pruebas al paciente días antes. Normalmente, ahora se hacen con anestesia epidural, sales consciente del quirófano, reconoces y charlas si problemas, pero entumecido de cintura para abajo; el postoperatorio es sencillo y rápido, si bien se adoptaran algunas medidas para evitar la luxación del vástago recién colocado. Los primeros días estás bajo los efectos de calmantes intravenosos y orales, con los dolores controlados, aunque puedas tener algún episodio agudo y puntual. Estos poco a poco van remitiendo. Puede que te sonden. En la herida tendrán un drenaje para recoger la poquita sangre que seguirá saliendo durante uno o dos días. Una vez te quiten sonda y drenaje, te puedes duchar sin ningún temor, mojar y enjabonar la herida, no hay cuidado y quedas relajado; lo único, cuidadín con resbalar en el baño. El segundo o tercer día te sentarán en un sillón, al tercero o cuarto te llevarán al gimnasio donde el fisioterapeuta comenzará a tratarte, te ensañará unos ejercicios para fortalecer el cuádriceps afectado. Practicarás con las muletas, subir rampas o bajar escaleras, también te lo enseñaran. En tres o cuatro días estás listo para caminar con andador o con las muletas y, antes de los ocho días, ya estarás en casa siguiendo los consejos y haciendo los ejercicios que te haya ordenado. Al mes revisión, fuera grapas y seguir con los ejercicios. Si tienes oportunidad, pide que te atienda un fisio todo el tiempo que sea preciso. Unos dos meses después, fuera un palo; tres o cuatro meses, más adelante, el otro también, y estás listo para ir a trabajar.
Los dolores habrán desaparecido y las visitas al médico se irán espaciando. Si te gusta la natación se lo dices y el te dirá si es el momento de ir a nadar; si se trata de la bici –la estática mejor, no arriesgues en carretera o caminos, las caídas no so buenas- utiliza la estática verás que marcha coges, que entran ganas de ir dando pedales hasta Lagunilla. Y en cuanto a la duración, no te preocupes, no son como las de hace 20 años. Ahora el problema es la crisis. Si dejas pasar mucho tiempo en hacerlo, puede que tengas que pagártela, te cobraran las medicinas, el agua que consumas y tendrás que llevar tu propio cubierto y vajilla al hospital, por supuesto, tu familia también tendrá que llevarte la comida. ¿Exagero? Puede.
ANIMO
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