RENOVARSE
Cuando nos hacemos viejos parece que ya no pertenecemos al entorno que nos rodea, que somos una pieza sobrante y que ya somos prescindibles. Una reserva nueva que se va quedando encallada en el pasado para dar testimonio de lo que fue el inicio de
la era que nos sucede o precede. Hemos perdido el protagonismo del guía indiscutible y debemos encajar nuestra sabiduría en huecos sueltos de la experiencia mientras nos ubican e integran a los ritmos que marcan los resurgentes roles sociales.
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