Cómo ha pasado el tiempo! Ese abuelo tocado con su sombrero negro y camisa blanca típica estampa de los mayores de nuestro pueblo y de tantos otros de la Sierra salmantina. El abuelo marchó, los niños crecieron y marcharon como golondrinas al final del verano, solo el poyo sobre el que están sentados y esa característica fachada (de la casa de Ángel y Reyes) permanece como testigo mudó del devenir de una familia que, como semilla esparcida por el sembrador, por diferentes puntos de la geografía se ... (ver texto completo)