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Hasta que el basurero se digne, LAGUNILLA

Este poema de D. José María Gabriel y Galán, desde el punto de vista metafórico, no le vendría muy mal a la situación de enquistamiento que tenemos en el país con la política. Casi un años sin gobierno que ha empieza a "oler" y a doler. No me pronuncio sobre soluciones o responsabilidades, cada cual tiene su punto de vista y, equivocada o acertadamente, todos son respetables. No quiero decir que todos los que se dedican a la cosa pública sean como lo reflejado en la fotografía, aunque entre tanto...
atheris, no se quien eres
, pero si te digo que yo estoy contigo en que ni los dictadores de derechas ni de izquierdas gobiernen. Pienso que Pedro también esta de acuerdo que sigamos asi pudiendo hacer lo que estamos haciendo, escribir sin que nadie retire nuestros escritos. Os voy a contar una cosa mi tio Elias hermano de mi madre vive en Venezuela y hace un rato he hablado con el y me ha dicho que es horrible lo que están pasando. o
No sé si será o no significativo la evolución del censo electoral para hacernos una idea de cómo evoluciona la población de un lugar. El caso es que en las pasadas Elecciones Autonómicas y Locales del 24 de mayo, en lo que a Lagunilla respecta, era de 455 electores. Siete meses después, en el censo para las Elecciones Generales del próximo día 20 incluye a 443 electores; es decir, 12 menos. Ignoro si la diferencia es debida a gente que voluntariamente han causado baja por traslado a otras localidades...
¿Que será de Lagunilla de aquí a pocos años?

“La existencia de esa España menguante, que cada vez es mayor, o por lo menos más pobre, a nadie parece importarle mucho. Pues, mientras en Europa, de la que tanto se habla cuando conviene, los gobiernos intentan corregir las diferencias regionales y aun locales (quitando impuestos, primando a las empresas o creando simplemente infraestructuras), aquí se hace justamente lo contrario: apoyar a las zonas más fuertes y abandonar a las otras a su destino....
¿Va en serio?

Es curioso que la buena fe de hacer las cosas desde el corazón joven, siempre tan generoso, cause dudas; quizás, en nuestra madurez, hayamos olvidado la honradez de nuestra juventud y la falta de oportunidades que nos dieron. Es una pena que, a medida que pasan los años, vayamos perdiendo fidelidad a nuestros ideales y nos dejemos llevar por los miedos que otros nos han infligido con sus hartas decepciones ¡Claro que va en serio! La juventud necesita esa confianza para profesionalizarse...