Desde que tengo uso de razón he sufrido la empatía de nuestros problemas sociales y la impotencia personal de poder solventarlos. Quizás sea imposible ante tanta variedad de ellos pero, si existe un movimiento que nos alivie algo esa carga, que active el interés general por atender esa demanda; yo lo apoyo. No puedo hacer menos. Ojalá algún día logremos convivir la humanidad entera hermanada, sin guerras ni envidias; gozando nuestra brevedad en la existencia con el sosiego que da...