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madre e hijo, LAGUNILLA

Mi padre, Mariano González Sánchez, posa orgulloso con su madre ESPERANZA SANCHEZ, a la puerta de su casa (ya desaparecida.
(Julio de 1977)
TORTUOSAS CALLES

Puertas de roble, doble hoja; portillos de día abiertos, de noche, con cancela ¡Atranca la puerta! Decían. Quedaba el patio sellado, tras la puerta, un listón de madera u trozo de rama gruesa, un mal palo elegido que descansaba en sendas oquedades; enyugado el paso nocturno queda firme el descanso. La llave nunca se echaba, de no ser muy larga la ausencia; a quien venía en deshora, permitía el vacío, llegar donde ésta quisiera. Pues no hallaría gran motín, ni si quiera en la despensa....