Tiempos y gentes de un olvidado carisma nos precedieron. Ingeniosos en apañarse en sus dificultades e improvisadores resolviendo. Yo recuerdo haber viajado (de mi casa a los huertos) metido en el serón, peleando por ir tieso. Los pies torturados sin descanso en busca de asentamiento; sin tobillo por aquel cónico encesto. Apoyaba la planta en los lados y en el pretil el pecho. Vasto era el forrado de esparto o… ¡vete a saber de qué material estaba hecho! El contacto con el capazo siempre...