La mujer que acompaña su vida, la que administra celosa por el ahorro toda economía familiar, apenas firma en trazos deformes; en las vicisitudes rutinarias de aquel pueblo no le fue posible sacar tiempo para ilustrarse en ese arte tan necesario. La mujer no ve interés en ello ahora. Prefiere la costura o la cocina pero, cuando juegan a la baraja, hace bien sus cuentas. Compra con regateos siempre y, si es preciso, razona. Razona rudo lo que entiende justo y,... vacaciones en el pueblo de mi abuelo