“Perdónanos Señor porque sí sabemos lo que hacemos.”
Vinimos a vagar por el mundo, luchando contra las adversidades de éste: el frío, el hambre y sus bestias; el miedo a lo desconocido y enfermos en nuestra propia conciencia. Débiles en la desventaja, ante los dioses del mejor talento; nos cuesta quitarnos la venda invidente, abrazar la luz del Amor (tu insignia) y darnos la oportunidad de esa sana misericordia que nunca nos llega.