No sé cómo se llaman, sólo que son de agosto; de agosto se llenan esas plantas verdes y de agostos también los recuerdos. Cada año fue diferente. Yo recuerdo aquel último en que me hallé entre mi gente, gente sencilla y muy sana; un pelín de tiempo me bastaba para adivinar esa nobleza destacada en su porte humilde y altivo a la vez, desenvueltas gentes del campo que tanto se me hacen querer.