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En la mili (foto antigua), LAGUNILLA

Cuando ser quinto, no era un desmadre para sus padres, como ahora.
Habrá que subvencionar a los padres de los quintos, dar de comer a los visitantes y vecinos, nunca ha estado entre su cometido, años ha, sólo iban familiares, amigos, invitados y desde luego, los quintos.
Esto se está saliendo de madre, lo peor, los hijos del pueblo que, teniendo hijos en edad de ser quintos, no se pierden una talla, pero los suyos, parece ser que, aún teniendo la edad, algunos más que rebasada, NO DAN LA TALLA NUNCA. Vergonzoso. Esta es mi opinión.
(6 de Julio de 1927)
Es mi abuelo, 85+21=106 que cumpliría este año.
Se iba a la mili con 21 años, entonces sí que se pasaba hambre.
Saludos.
CUANDO EL HAMBRE APRIETA CRECE EL INGENIO (parte última)

Queda claro que no sólo de pan vive el hombre y que las hambrunas pueden ser muy variadas, tan abigarradas como la naturaleza de nuestra ambición.

Estando en un puesto de observación, a pocos metros de una cantina, gozaba mi pelotón cavilando: ¿cómo llegar al almacén? Y hurgando dentro de él, al poco rato ya decidimos; unas cajas de botellines de una gran cerveza fueron izadas por el tejadillo de la bodega, sobre el vallado; desde ahí...
¡Ostras Guniber! Si que es antigua esta foto. No será de tu remplazo o sí. 33 años antes de que yo naciera... no sé, no sé ¿Eran de tu padre? No te hallo yo a ti tan mayor (a pesar de que no te conozco) Me oriento por esas merendolas y festejos que nos confiesas haber tenido algún día. (Una persona de 85 años, según mis calculos; como que no está para ello). Ya nos contaras. Un abrazo y hasta pronto.