Cuando ser quinto, no era un desmadre para sus padres, como ahora.
Habrá que subvencionar a los padres de los quintos, dar de
comer a los visitantes y vecinos, nunca ha estado entre su cometido, años ha, sólo iban familiares,
amigos, invitados y desde luego, los quintos.
Esto se está saliendo de madre, lo peor, los hijos del
pueblo que, teniendo hijos en edad de ser quintos, no se pierden una talla, pero los suyos, parece ser que, aún teniendo la edad, algunos más que rebasada, NO DAN LA TALLA NUNCA. Vergonzoso. Esta es mi opinión.