Huele a churrasco, sólo huele. Ya se llevaron las chichas esos voraces vientres y aquí nos dejaron las ganas de tomar algo caliente. ¡Buitres, que sois unos buitres! Reclamamos los tardíos, los que no vimos tajada; por la envidia de no haber asistido. Ahí se doraron costillas, tocinos y chorizos para todo aquel que metió el hocico.